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Cómo la actividad física impacta en tu sistema inmunitario

Sistema Inmunitario

Cómo la actividad física impacta en tu sistema inmunitario

Actividad física y sistema inmunitario | Platea Activa

Si me conoces sabrás que este es uno de los temas que más me apasiona.

Y realmente es sorprendente! Somos unas “máquinas” extraordinarias.

Te explico los 3 datos del efecto de mantenerse ACTIVO sobre tus defensas:

RESUMEN: Hacer actividad física mejora tu capacidad de defenderte contra infecciones,  enfermedades autoinmunes (psoriasis, esclerosis múltiple, artritis, enfermedad de Crohn, celiaquía, etc.) y cáncer. Afecta a tus dos tipos de defensa (la innata: que “dispara contra todo sin mucho “detalle” y la adquirida: la que tiene memoria y sabe a “qué disparar”).

Los detalles:

Importante, info previa para que entendamos cómo funcionan nuestras defensas:

Cuando hablamos de inmunidad (para entendernos: “nuestras defensas”), diferenciamos dos grandes tipos de defensa: el sistema inmunitario innato, que es nuestra primera línea de acción rápida, y el sistema inmunitario adaptativo, que es más especializado y aprende con el tiempo. A su vez, están muy relacionados entre sí y con todo el cuerpo a través de sistemas de comunicación y señales.

Ahí vamos…

DATO 1 Sistema inmunitario innato:

Cuando hacemos ejercicio, aumentamos la circulación de células inmunitarias innatas, como los macrófagos y las células NK (Natural Killer) link artículo NK. Estas son las encargadas de «patrullar» en busca de invasores como virus o bacterias. Otro estudio (link artículo IL6) han demostrado que durante el ejercicio se libera IL6 (mensajero pro-inflamatorio) que regula el apetito y mejora el metabolismo de las grasas corporales, entre otras muchas ventajas.

DATO 2 Sistema inmunitario adaptativo:

Los linfocitos T y B se movilizan con mayor eficacia tras la actividad física, lo que mejora la respuesta inmunitaria específica ante infecciones. Además, la actividad física moderada “afina la puntería” de tus defensas ya que baja el efecto de unas linfocitos T reguladoras (que son “depresores” de tus defensas). En palabras simples, el ejercicio hace que no tengas respuestas exageradas inmunitarias, como en el caso de la inflamación crónica (diabetes, enfermedades autoinmunes, etc). Link artículo

DATO 3 Sistemas de comunicación y señalización:

Por último, la actividad física puede controlar tus genes. Sí, aunque no lo creas. Se demostró que el ejercicio puede mandar señales inmunológicas al cerebro y activar genes protectores, que enlentecen la neurodegeneración. En consecuencia, retrasa la aparición de enfermedades como Alzheimer, Parkinson o esclerosis múltiple. Link artículo señalización

Ojo, no te pases!! Si bien hacer ejercicio mejora la inmunidad, es importante recordar que el exceso de ejercicio o sobreentrenamiento puede tener un efecto opuesto, debilitando nuestras defensas a través del aumento de cortisol. Todo en su justa medida!